SANTA CRUZ ES, EN VERDAD, LA “OTRA BOLIVIA POSIBLE”
Que el Departamento de Santa Cruz es la región más importante desde el punto de vista económico para Bolivia, es algo que debería estar fuera de toda discusión por muchísimas razones, principalmente porque el desarrollo económico cruceño es diversificado y ha sido logrado con una clara orientación de mercado, sin depender de lo que el Estado pueda hacer por él y ha mostrado que el modelo productivo cruceño tiene tres cualidades importantes: es socialmente inclusivo, ambientalmente sostenible y económicamente viable.
El Departamento de Santa Cruz no solo que destaca por ser el primer aportante al PIB boliviano con un 31%, sino que es quien participa también con un 29% de la Base Empresarial Boliviana, sumando 89.632 empresas registradas a julio del 2018 (Fuente: Fundempresa).
Si esto pasa a nivel general, en lo particular, en lo que es el aporte a la soberanía alimentaria, es donde más destaca Santa Cruz, aportando con más del 70% de los alimentos que consume el país, siendo líder nato en la producción de granos y productos pecuarios, siendo de lejos el principal aportante al PIB agropecuario de Bolivia con más del 40%, además, el líder indiscutido en materia de agro exportaciones, enviando al mundo más de 2 millones de toneladas por más de 1.000 millones de dólares cada año.
Santa Cruz es, además, el principal recaudador de impuestos internos y tributos aduaneros, y el de los mejores indicadores de desarrollo humano.
El Departamento de Santa Cruz es el verdadero crisol de la bolivianidad, la “otra Bolivia posible” donde ha quedado más que demostrada la ‘inclusión social’ a través del trabajo productivo de los migrantes del interior del país y la profesionalización de sus hijos, haciendo que la exigua población de los años ´50 que no llegaba a los 300.000 habitantes creciera vertiginosamente hasta superar los 3 millones de hoy, cerca de 2 millones viviendo en la capital.
Santa Cruz es una tierra apta para hacer todo tipo de negocios, sin embargo, su fundamento económico ha sido lo es en la actualidad y lo seguirá siendo a futuro la actividad agropecuaria. A partir de ella es que se ha desarrollado en su corta y exitosa historia económica, el comercio, la agroindustria, la banca, las comunicaciones, el transporte, la logística y todo tipo de servicios conexos; en función primero del abastecimiento del mercado interno y con mucha fuerza a partir de la década de los años ´90, orientado el esfuerzo hacia el exterior.
Sin embargo, como suele ocurrir con las economías que apuestan por el desarrollo en base a la integración y el mercado, el sector terciario servicios y comercio se ha desarrollado de tal manera en Santa Cruz durante las últimas tres décadas, que hoy en día representa cerca del 50% del PIB departamental.
Santa Cruz lidera de lejos las exportaciones agropecuarias, agroindustriales, forestales y manufactureras del país con un 64% y tiene varios sectores aún por desarrollar: turismo receptivo (cultural, histórico, religioso, de aventura, diversión, gastronomía y negocios); exportación de servicios (salud, educación universitaria); producción de biocombustibles, petroquímica, etc.
¿Qué depara el futuro a Santa Cruz? Grandes cosas, cuando el Proyecto Rositas (riego, hidroeléctrica); el mayor uso de Puerto Jennefer, Gravetal y Aguirre en la Hidrovía Paraguay-Paraná; la construcción de Puerto Busch; el desarrollo del Mutún (hierro, siderurgia) y el hub aéreo (Viru Viru) pasen de la agenda pública y ser una realidad.
Sumemos a ello el desafío de triplicar la producción de alimentos con la ayuda de la biotecnología y el futuro, de cara al Bicentenario del 2025, estará más que asegurado, no solo para Santa Cruz sino especialmente para Bolivia.
No es una sorpresa que la buena reputación de Santa Cruz de la Sierra para hacer negocios le otorgue tal notoriedad dada la enorme oferta de posibilidades de inversión y comercio que tiene y que anualmente luce a través de su prestigiosa Feria Internacional (EXPOCRUZ), equiparándose a otras importantes ciudades del Continente Americano.
El confort urbano y la calidad de vida que ofrece la ciudad, sumados a su dinámica económica hacen que el número de empresas extranjeras y franquicias internacionales aumenten rápidamente, profundizando la internacionalización de la economía cruceña con un fuerte basamento operativo de tales compañías precisamente en la ciudad capital.
En suma, Santa Cruz seguirá creciendo con la ayuda de Dios, la buena voluntad de los cruceños, de los que aman y viven en esta hermosa tierra, demostrada ya a lo largo de su exitosa historia y que, en un futuro no tan lejano, el poder de Santa Cruz la convierta en “La otra Bolivia posible”.